Empecemos hablando sobre el hambre, pues esta surge cuando hay una deficiencia nutricional, lo que en otras palabras significa que tu organismo necesita ingerir unos nutrientes determinados que hasta ese momento no le has proporcionado en las cantidades que requiere. Por lo cual te pide constantemente que comas más para poder cubrir dicha necesidad.Lo anterior, es una respuesta de tu cuerpo ante la escasez de algo, es una exigencia que te hace tu organismo para seguir funcionando adecuadamente. Sin embargo, en algunos casos aparece una sensación de hambre que no es real, pues a pesar de que tu cuerpo hace una ingesta correcta de nutrientes te surge un antojo o deseo de algún alimento, el cual, en la mayoría de los casos, es muy poco saludable.A esta sensación se le conoce como hambre emocional o ansiedad por comer, y es el resultado de un problema emocional que puede ser causado por: aburrimiento, estrés, problemas familiares, depresión, abundante trabajo, entre otros.Comer por ansiedad suele convertirse en un problema, ya que normalmente, puede hacer que comas en exceso y que optes por alimentos que carecen de valor nutricional, lo cual generalmente provoca afectaciones a tu salud como: trastornos de la conducta alimentaria, exceso o falta de peso, entre otras patologías relacionadas con la alimentación.
Para conocer mejor tu situación, lo primero que debes hacer es identificar si tu hambre es real o si, por el contrario, es emocional, para establecer dicha diferencia, creamos una lista que te ayudará a identificar a cuál situación te estás enfrentando:
¿Lograste identificar en qué grupo te encuentras?
Luego de saber que tu hambre es emocional, el siguiente paso es aceptar que la comida no es negociable y que independientemente de tus estados de ánimo, problemas o de cualquier situación por la que puedas atravesar, la alimentación debe ser una prioridad, pues esta se encuentra directamente vinculada con la salud y el bienestar de tu cuerpo.Así que no te “castigues” dejando de comer cuando algo anda mal, ni dejes tus comidas como algo secundario en tu vida, deben ser tu prioridad, pues de los alimentos que ingieres, va a surgir la energía que necesitas para enfrentar los problemas cotidianos que se puedan presentar.Así que lee con atención los siguientes consejos que te ayudarán a mejorar tu relación con la comida y evitarán el riesgo de que la ansiedad haga que ingieras alimentos que afectan progresivamente tu salud:
Desde la psicoterapia se pueden hacer grandes contribuciones para tratar este tipo de trastorno alimenticio, ayudándote a tener una mejor relación con la comida, tratando de comprender los verdaderos motivos que hacen que se produzcan estos episodios de ansiedad.
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No olvides que la comida debe ser una aliada y no una enemiga, y que cualquier situación que te haga tener un conflicto con ella, es importante tratarlo a tiempo para que no provoque daños mucho más grandes y severos a tu salud y al bienestar de tu cuerpo.