Tal como lo dijera Aristóteles “el hombre es un ser social por naturaleza”, es decir, que los seres humanos ya nacemos con el instinto social, el cual se va desarrollando a medida que creces, debido a que necesitas del contacto con otros para sobrevivir. Sin embargo, hay excepciones, pues existen individuos con un rasgo de personalidad asocial que se caracterizan por no sentirse cómodos al interactuar con otros.
Este tipo de comportamiento ha sido catalogado en psicología como personalidad asocial, que muchas veces es confundido con el concepto de personalidad antisocial. En el presente artículo explicaremos de manera sencilla ambos conceptos para que no existan confusiones y además, las características psicológicas de una persona asocial.
Probablemente en algunas ocasiones has confundido el término asocial con el término antisocial, sin embargo, a pesar de que ambos tienen como base de análisis las relaciones sociales de una persona, las diferencias entre ambas son realmente notorias.
La personalidad asocial está presente en aquellas personas que no tienen la capacidad de integrarse socialmente y rechazan las normas sociales establecidas en el entorno que los rodea. Ahora bien, en el campo de las ciencias sociales, este concepto es mucho más complejo, ya que conforma un conjunto de actitudes y comportamientos que el individuo elige conscientemente y que usualmente van en contra de lo que el resto quiere o piensa.
Un individuo con personalidad asocial, pudiera verse ante los demás como alguien que carece de empatía o que simplemente con su comportamiento demuestra no querer crear lazos de amistad con quienes lo rodean. Sin embargo, hay algo que es importante tener claro y es que las personas con este tipo de actitudes, pueden llegar a relacionarse bien con familiares y pequeños grupos de amigos, pero eligen no hacerlo. En algunas ocasiones se ha calificado este comportamiento como una enfermedad o trastorno, pero los expertos en psicología prefieren tomarlo como un rasgo de la personalidad.
Para entender la naturaleza de un individuo asocial, es necesario revisar una serie de rasgos que lo caracterizan. Entre estos rasgos que te ayudarán a darle un significado al concepto, encuentras:
¿Te sientes identificado con alguno de los comportamientos anteriores? De ser así, es muy posible que nunca hayas sentido que tienes algún tipo de problema, si no que simplemente estas actitudes hacen parte de ti, de tu personalidad, de lo que eres, son rasgos de tu ser y están bien si estos comportamientos no afectan gravemente tu calidad de vida.
Son términos que aún al día de hoy suelen confundirse, sin embargo, la diferencia entre ambos es abismal. El término antisocial está catalogado como un trastorno de la personalidad, de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales DSM-IV.
Las personas con esta patología, tienen comportamientos que muestran su desprecio hacia la sociedad y los derechos de sus semejantes, es decir, son propensos a saltarse las normas sociales incluso en detrimento del resto de las personas.
Adicional a lo anterior, no sienten respeto ni empatía hacia los demás y muestran conductas delictivas en muchos casos. Por otra parte el ser antisocial suele ser egocéntrico y tiene una autoestima distorsionada, además deshumaniza y es en ocasiones megalómano.
En el caso de las personas asociales, están consideradas como seres sin interés en compartir sus intereses y emociones con personas que no pertenezcan a su círculo íntimo. Disfrutan de la soledad, pero sienten empatía por sus semejantes.Estos respetan las normas sociales, aún cuando en ocasiones no las comparten, sobre todo cuando sienten que existe injusticias, por lo que, eventualmente se animan a trabajar para poder cambiar algunas cosas.
Algunos estudios señalan que existen algunos factores que pueden provocar este tipo de conducta asocial en una persona. Algunos pueden ser:
A pesar de que ambos conceptos parecen sinonimos, te ha quedado claro que no lo son y que de hecho, difieren bastante entre sí. Ten siempre presente que las relaciones sociales son fundamentales en el desarrollo de las personas, y si algo falla en este aspecto, es muy posible que otros aspectos de tu vida deban analizarse y equilibrarse.
En ambos casos, la ayuda de un psicoterapeuta es fundamental, pues el desarrollo social es vital para tu crecimiento como persona, y una mala práctica de las relaciones con otros, puede causar graves consecuencias a tu salud mental.