Hay un comportamiento al que generalmente no prestas mucha atención, pero que trae consigo importantes consecuencias en tu salud, tanto mental como física. Este comportamiento, hábito o condición es lo que comúnmente conoces como represión emocional, pero ¿qué es verdaderamente este concepto?
La represión emocional es la capacidad que tienes para invalidar, ignorar o disimular las emociones que surgen de forma cotidiana y natural en tu día a día.
Muchas personas suelen reprimir lo que sienten para evitar mostrarse vulnerables; sin embargo, por más que intenten ocultar las emociones, el cuerpo sigue experimentándolas.
Lo anterior hace que se genere un nudo entre lo que sientes realmente (llámese miedo, tristeza, ira, dolor, angustia, entre otras), la forma en la que lo ignoras y la manera en la que el cuerpo, como sea, debe expulsarlo fuera de sí, haciendo que se genere no un grito de dolor o lágrimas de tristeza, sino dolores importantes que causan grandes (y en ocasiones graves) afectaciones a tu salud.
Las emociones son expresiones fisiológicas que te indican cómo asumes diferentes sucesos por los que atraviesas; estas no deben categorizarse como negativas o positivas porque simplemente son reacciones naturales que surgen de tus mismas vivencias diarias.
¿Cuándo se convierten en negativas las emociones? Se convierten en negativas cuando no las exteriorizas, cuando en lugar de confrontarlas y tratar de entenderlas, las silencias con el único propósito de no quedar en evidencia ante los demás.
Así como cuando tienes gripa o fiebre debes dejar que los síntomas fluyan para poder recuperarte, cuando tienes ira, dolor o tristeza, debes gritar o llorar para poder aliviar de nuevo tu cuerpo y tu mente.
Hay algo importante que debes tener en cuenta, y es que una cosa es silenciar tus emociones y otra ir por la vida furioso con quienes te rodean o sobrepasado por un sentimiento de tristeza.
No es una tarea sencilla desarrollar la capacidad de encontrar el equilibrio, canalizar lo que sientes y asumir lo que está pasando, para finalmente poder continuar con tu vida de la forma más sana posible.
¿Cómo puedes lograr una buena “gestión” de tus emociones? Lo primero es reconocerlas, una vez sabes que han llegado, tu mismo cuerpo te dará indicaciones de cómo expresarlas.
Sin embargo, si sientes que una emoción persiste, se fortalece y te impide tener una vida plena y tranquila, es momento de buscar ayuda porque simplemente la situación se salió de tu control y debes pedir una mano amiga que te guíe hasta encontrar el equilibrio.
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Las afectaciones que puede causar la represión emocional van desde lo físico hasta lo mental, y generalmente están relacionadas con alteraciones importantes en tu salud y en tu estilo de vida. Así que pon atención a algunas de las consecuencias que puede traer consigo negarte a aceptar tus emociones:
Como puedes darte cuenta, un acto aparentemente sencillo puede traer grandes consecuencias a tu salud, por eso es importantes que no minimices lo que sientes, que le des el tratamiento que merece a cada cosa que piensas o sientes, y que en caso de no ser capaz de hacerlo tu mismo, busques ayuda para que algo que consideras simple, no se convierta en un problema mayor.
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