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El juego del calamar: ¿Cómo sobrellevar los problemas y aprender a tomar buenas decisiones?

enterapia - octubre 19, 2021

juego del calamar

Netflix lo hizo de nuevo, y ahora logró entrar a millones de hogares con una serie coreana que se ha llevado todas las miradas: El juego del calamar. Son muchos los elementos que pueden hacer que tú, al igual que nosotros, te sientas identificado con su trama y sus personajes, pero en lo que verdaderamente nos queremos enfocar en esta ocasión es en cómo impulsan los problemas y la adversidad a que tomes decisiones poco acertadas.

Si aún no has visto la serie, te avisamos que lo que viene a continuación contiene spoilers, así que no digas que no te lo advertimos.

Si miras en el fondo de la serie, más allá de los juegos que son los que se roban la atención de la audiencia, lo realmente valioso son las problemáticas individuales con las que llegan cada uno de los personajes, y que son, las que al final de cuentas los impulsan a tomar la decisión de jugarse la vida ­—literalmente— para ganarse ese dinero del premio mayor.

 

¿Qué tipo de problemas sociales abarca El juego del calamar?

Evidentemente cada personaje tiene problemáticas individuales que no se alejan mucho de la realidad social que vivimos hoy en día:

  • Problemas financieros, enfocados más que todo a deudas que sobrepasan los ingresos de la persona.

  • Familiares con enfermedades terminales.

  • Problemas familiares que separan familias.

  • Soledad y carencia de un círculo familiar que brinde estabilidad emocional.

  • Falta de amor por la vida.

Las emociones de una persona con estos problemas mencionados están en un estado de vulnerabilidad, y al encontrarse una posible solución que lo ayude a salir bien librado de la condición actual, no dudan un solo segundo en decir sí, pues creen que incluso la muerte es mejor que vivir la vida que están viviendo.

Por ese motivo es que cuando los “liberan” del juego después de un ataque de pánico grupal luego del primer juego, al todos salir y enfrentarse de nuevo a sus realidades individuales, deciden regresar al juego, conociendo ahora sus reglas y su posible fin.

 

¿Por qué tomar la decisión de jugar?

Imagínate que tienes problemas económicos serios o que un familiar está a punto de morir por una enfermedad terminal, ahora imagínate que de la nada te aparece una oportunidad de salir de esos problemas de una forma —según plantean inicialmente— fácil y sencilla.

Tu instinto de inmediato te dirá que te lances por esa opción que va a sacarte de todos los problemas que tienes, y en medio de la desesperación no hallarás argumentos que contradigan ese primer pensamiento y creerás firmemente que el paso que vas a dar realmente te conviene.

Las principales razones que hacen que los jugadores tomen la decisión de jugar, son:

  • Creer que nada podrá empeorar tu situación actual.

  • No darle valor a tu vida porque no encuentras alicientes suficientes para vivir.

  • La urgencia de querer solucionar todos los problemas por los que estás atravesando.

  • Sentirte abrumado por lo que estás viviendo y no encontrar soluciones efectivas y rápidas.

Las anteriores, y muchas otras razones más, son las que te incitan a tomar decisiones que podrían producir efectos negativos a tu vida, traerte graves dolores de cabeza y desencadenar otra serie de problemas y situaciones de conflicto que aumenten tus preocupaciones y tu estrés.

 

¿Qué hacer para tomar mejores decisiones?

Si analizas de nuevo la serie, casi ninguno de los jugadores se arrepiente de haber decidido jugar, a diferencia del protagonista que valora la humanidad y que tiene principios que lo hacen cuestionarse lo que está sucediendo, el resto afronta –a pesar del miedo– su decisión hasta el final porque además de la desesperación hay otro componente que desempeña un rol fundamental en todo eso y es la ambición.

La ambición es un factor que evidentemente te hace tomar decisiones a la ligera, que saca muchas cosas negativas de ti, que te vuelve competitivo, que te hace querer ganar a toda costa y que, en muchas ocasiones, impide que puedas definir lo que verdaderamente es adecuado y pertinente para ti.

Dicho lo anterior, claro que existen algunas pautas que te podrían ayudar a tomar mejores decisiones, más allá de la desesperación y de la ambición, y son mucho más sencillas de ejecutar de lo que pensarías. Así que lee con atención:

  • Tomate el tiempo de pensar y analizar el impacto que dicha decisión puede producir en tu vida, luego define si este impacto es negativo o positivo, si realmente valdrá la pena el paso que vas a dar.
  • Si tu cabeza se llena de voces que se contradicen entre sí: escribe. En una lista escribe los pros y los contras de la decisión que vas a tomar y ponlo todo en una balanza, el lado que tenga más razones será el ganador.
  • Piensa con cabeza fría, y trata de ponerte en situación, si tus condiciones fueran diferentes ¿darías ese paso que piensas dar en este momento?, si la respuesta es no, posiblemente estás a punto de enfrentarte a un error.
  • Si es mucho lo que debes pensar, quizás ese no sea al camino. Esto se debe a que, si tus actos estuvieran alineados con tus propósitos individuales, no tendrías que pensarlo tanto porque cuando algo te conviene, simplemente das el sí sin miedo y sin rodeos.

Estamos seguros de que estos consejos te serán de gran ayuda en el momento de enfrentar una decisión importante en tu vida. No olvides que sin importar cuál sea tu problema, tu vida no tiene valor y no es negociable, nadie tiene el poder para acabarla, no importa cuántos wones te ofrezcan, siempre valdrás muchísimo más.

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